Redacción: María del Mar Solís Fresco
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Fotografía: Marco Antonio Guerra
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China, con una superficie aproximada de 9,6 millones de km2 y con más de 1300 millones de habitantes, está compuesta por 56 etnias reconocidas por el estado chino. Aproximadamente, el 91% de la población forman parte de la etnia han, que constituyen un número mayoritario en 21 provincias de la República Popular de China y Taiwan. Las restantes 55 etnias se encuentran muy diseminadas en el 50% al 60% de su territorio, fundamentalmente en mesetas, praderas o forestas Entre tales, 53 minorías tienen sus propias lenguas y de ellas, 21 usan sistemas de escritura. Por tanto, lejos de constituir un conjunto homogéneo, los chinos se distinguen por sus tradiciones, costumbres, composición étnica y dialectos.
Al sur del país, en la ciudad de Lijiang (Yunnan), famosa por sus puentes de piedra de época Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911), nos encontramos con una de las 56 etnias de China, los naxi. Compuesta por 300.000 personas, según la mayoría de los historiadores, son descienden de los qiang –concentrados en la provincia de Sichuan, habitaban el noroeste de China hasta la dinastía Han (206 a.n.e. – 220 n.e.), cuando el emperador Wu creó una prefectura en la zona de Hexi y la mayor parte de la población se mezcló con las etnias tibetanas o han. Hoy en día cuentan con 300.000 habitantes y se llaman a sí mismos erma-. A su vez, dentro de la etnia naxi, el estado chino incluye a los mosuo –formada por 30.000 personas que habitan en las provincias de Yunnan y Sichuan-, conocidos por haber mantenido una sociedad donde la mujer es la protagonista absoluta.
Acosados constantemente por las tribus vecinas, emigraron hacia el sur de China, estableciéndose en la provincia de Yunnan. Para el siglo XIII, la dinastía Yuan (1206–1367) estableció una prefectura en Lijiang, convirtiéndose en la representante de toda la provincia en la corte imperial. Durante la dinastía Ming, se estableció un jefe Mu (木) en la zona, controlando a toda la población, entre ella la etnia naxi.
Antes de la revolución de 1949 la sociedad naxi era marcadamente patriarcal; sin embargo, el papel de la mujer era tremendamente importante, realizando la mayor parte de los trabajos, controlando el dinero y rigiendo la vida. Algunos autores consideran que originalmente los naxi eran matrilineales –sistema de descendencia que se rige por la vía femenina-, con una estructura familiar semejante a la de los mosuo, pues tanto sus mitos más antiguos como las genealogías registradas tienden a reforzar esta idea. Según A. Jackson, en un principio cuando se encontraban alejados de la cultura e influencia china, su sociedad se encontraría regida por las matriarcas. Con el tiempo y la continua integración de sus poblaciones en la esfera política china, los jefes naxi cambiarían a un modelo de herencia patrilineal, mientras que el pueblo seguiría con su sistema tradicional. Cuando los emperadores establecieron la administración directa a principios del siglo XVIII sobre los naxi, se produjo una transformación en la sociedad, pasando de una sociedad prácticamente igualitaria a otra en el que el papel de la mujer se vio fuertemente degradado. La respuesta a esto, fue una oleada de suicidios sin precedentes ante la opresión, perdurando hasta la mitad del siglo XX.
Los naxi hablan la lengua naish, que se extienden por la zona de Yunnan y Sichuan.Perteneciente a la rama tibetano-birmana, tiene dos grandes dialectos: el Occidental, es una lengua uniforme; y el Oriental, que cuenta con más variedad y, por tanto, mayor dificultad en su comunicación. La característica más llamativa de la lengua es su escritura pictográfica conocida como dongba –actualmente la única en uso de todo el planeta- y la abundante reproducción literaria. La escritura está compuesta por 1400 signos gráficos aproximadamente, que, con el tiempo, fueron mezclados con los jeroglíficos chinos, aumentando a 2400 palabras. Hoy en día se conservan 20 mil volúmenes que tratan una gran diversidad de temas, como historia, cultura, arte o religión. Realizados en tableros o en rollos de papel, hoy en día pocos maestros pueden leer las Escrituras. En cuanto a la pintura, se divide en cuatro categorías: pintura de madera, de bambú, de papel y de rodillo. Las imágenes sobre las flores, las plantas, los peces, los insectos, los humanos y los demonios son de lo más realistas.
Practican la religión dongba, una mezcla entre la religión bon primitiva de los tibetanos y elementos locales de culto a los espíritus de la naturaleza. La mujer tenía un papel de gran importancia, pues era la hija del Dios del cielo, quien proporcionaba al primer ancestro los conocimientos necesarios para superar las pruebas celestiales que le pone su padre. Asimismo, es ella la que proporcionó las semillas y animales que dieron lugar a la agricultura y la ganadería, y la creadora de la humanidad. Con el paso del tiempo, la religión se ha ido impregnando de elementos patriarcales, condenando a las mujeres a representar papeles destructivos, como la muerte o la enfermedad. Igualmente, las chamanes femeninas comenzaron a ser sustituidos por sacerdotes dongba en los rituales.
La arquitectura naxi está fuertemente influenciada por la han, los bai y los tibetanos. Son generalmente de madera, con un suelo de piedra o de tierra apisonada. Cada casa cuenta con un patio central con claraboyas. Las puertas y las ventanas suelen estar decoradas con flores, animales y plantas talladas en la madera.
La ropa naxi es muy característica. Mientras que los hombres visten al modo occidental, las mujeres llevan el traje tradicional, compuesto por un vestido con la cintura suelta y las mangas largas, una falda plisada con pantalones, zapatos bordados y una chaqueta negra sin mangas. Además, suelen llevar una capa de piel de oveja.
La música naxi es hoy en día considerada como un fósil vivo. Una mezcla entre la música tradicional de época Tang (618–907), Song (960–1279), Yuan (1206–1367) y tibetana. Con tres estilos musicales diferentes – dongjing, baisha y huangjing-, sirven, según los naxi, para comunicarse con los espíritus.
Los naxi, como el resto de las etnias de chinas, con sus hermosos trajes, con accesorios únicos, sus diversas costumbres alimentarias, sus tradiciones asombrosas, sus festividades y sus historias constituyen elementos significativos de la civilización china. Tal diversidad es la que caracteriza la multinacionalidad de China, haciéndola un país muy peculiar.
Bibliografía
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