El movimiento Idol en Japón

El movimiento Idol en Japón

Francisco José Díaz Romero. Graduado en Estudios de Asia Oriental.

El movimiento idol aparecerá junto con el milagro económico del Japón de la posguerra. Desde su nacimiento como género comercial a finales de la década de 1960 se han ido convirtiendo en un fenómeno nacional hasta hoy día, tanto que son una importante parte de la cultura popular japonesa.

Este término, idol, se usa para definir a artistas japoneses, sobre todo del género femenino, que no sobresalen en ningún campo, pero que resultan indispensables en la industria del entretenimiento japonés actual. Nacen para ser idol y no otra cosa, ya que su estilo kawaii oculta su falta de habilidades.

La proximidad es clave en el éxito de la cultura idol, ya que los idol suelen empezar como malos en algún campo (Cantante, actores, etc.) y van escalando en su carrera, consiguiendo así más éxito entre el público. El esfuerzo es muy importante en la cultura japonesa, tanto es así que a veces es más importante haberlo intentado con todo (ganbaru) que el éxito en sí. Y no solo reside en el esfuerzo con uno mismo, sino en el compromiso con la sociedad de que va a dar lo mejor de sí, y los idol son una ejemplificación en persona de este concepto al 100%, consiguiendo como se dijo antes más éxito y cariño entre el público.

Existen muchos tipos de idol en Japón, sin embargo, nos centraremos en su uso en el capitalismo japonés. Desde este punto de vista, se podría definir a las idol como chicas atractivas en torno a las cuales se genera una historia, entendiendo esto como forma de ser, costumbres, gustos, etc., que se presentan al público con el fin de crear un personaje ficticio alrededor de una persona real. El hecho de repetir la misma historia a través de diferentes medios permite que al final ésta se crea por real, lo que da como resultado un producto humano con unas características apropiadas para cumplir diferentes objetivos.

El mundo de las idol es un elemento machista dentro de la cultura japonesa, las idol representan el deseo por lo ideal de los fans masculinos. De este modo, las idol deben ser entendidas como la construcción de una realidad, del mismo modo que se le asocian valores a un producto para satisfacer determinadas necesidades.

Las idol pueden ser consideradas como productos humanos

Así pues, cuando un fan no conoce realmente a la idol a la que admira, las imágenes que se ofrecen de ella a través de los medios de comunicación son, para él, la realidad de esa persona. Esto favorece el hecho de anunciar determinados productos mediante la utilización de una persona que, a su vez, tiene una serie de actitudes, comportamientos o formas de vestir que el producto necesita para vincularse a los valores que persigue.

En términos de producto, una idol es similar a un personaje ficticio de un manga (cómic japonés) o de una mascota corporativa, de modo que cuando una de ellas aparece en una campaña publicitaria se le llama “image character” (imēji kyarakutā). Se establecen de este modo una serie de contrastes que hacen reflexionar sobre cómo un personaje ficticio puede ser o parecer tan real como hacen las idol, y es cuando surgen conceptos como zettaiteki na sonzai o existencia absoluta, que hace referencia a la poca importancia que tiene la forma de ser real de la idol, pues lo que importa es el personaje y la imagen que ofrece.

Los seguidores de las idol suelen ser, generalmente, otakus, seguidores de la cultura pop japonesa afines al cómic japonés (manga) y a su animación (anime). Desde un punto de vista psicológico, el otaku japonés siente atracción por el contexto de la imagen (entendiéndola en este caso por la de la idol), es decir, incluso sabiendo de la construcción del mensaje, el otaku se deja llevar por la información que ofrecen los medios de comunicación. Éstos, al mismo tiempo, ofrecen información de una manera transmedia, es decir, ofrecen píldoras informativas a través de diferentes medios con el fin de que el fan siga a la idol por todos los canales posibles. De este modo, el otaku se siente atraído por los contextos ficticios de la imagen.

“El deseo dirigido a un objeto es el deseo como ilusión dentro del mundo simbólico”

El mundo de las idol gira en torno al morbo que genera entre sus seguidores y al deseo por la mujer perfecta e inalcanzable, deseo que se transporta posteriormente a un producto. En este terreno se puede hablar, según palabras del psicólogo japonés Tamaki Saitō, especializado en adolescencia y pubertad, de que:

“El deseo dirigido a un objeto es el deseo como ilusión dentro del mundo simbólico. El hombre sigue una cadena de metáforas dirigiéndose hacia el objeto deseado inalcanzable. En ese proceso, construye la ilusión que él cree conocimiento. Lo que intenta poseer (por ejemplo, la ilusión de la mujer) es en realidad un sustituto para el objeto que elude constantemente su alcance.”

Para entender el fenómeno idol en Japón tal y como se da actualmente hay que mencionar al grupo “Onyanko Club”. Se trataba de un grupo de 52 chicas que triunfó en los años 80 y que se destinaba a un público exclusivamente masculino. Éste fue creado por Akimoto Yasushi quien más tarde se encargaría también de AKB48 (Realmente no tiene un número determinado de integrantes), el grupo de idol con más éxito de la actualidad. El motivo de la gran cantidad de integrantes se debe al incremento de los mercados en Japón, siendo necesario un gran número de valores que vincular a cada una de ellas para representar posteriormente todo tipo de productos.

DVD de un tour del grupo Onyanko Club

DVD de un tour del grupo Onyanko Club

En cuanto al fenómeno fan alrededor de las idol, éstos compiten entre ellos para que su idol favorita gane popularidad, lo que se traduce en un mayor apoyo económico de la agencia (photobooks de la idol, canciones en solitario, etc.) y de las empresas que las contratan para hacer publicidad. En ocasiones distintos grupos de fans de idol en concreto compiten, aunque los beneficios se los lleve la misma agencia, y es que la fama de una de ellas en concreto está directamente relacionada con la que tiene el grupo al que pertenece (en comparación con el resto de integrantes). Un ejemplo de la importancia del fenómeno fan como impulsor de este sistema es el hecho de que, aunque una de las chicas del grupo cante mal puede igualmente triunfar, pues puede ser considerado como algo kawaii (adorable).

El transmedia storytelling juega un papel esencial

Por otra parte, como mencionaba anteriormente, los medios de comunicación utilizan una estrategia de “transmedia storytelling” con las idol. Cuentan diferentes informaciones que conforman la historia completa de la chica y obliga a sus seguidores a seguir las migas de pan con el simple objetivo de saber más de ella. En este sentido, las campañas publicitarias juegan un papel esencial, ejemplo de ello fue una campaña que AKB48 firmó con Glico, una marca japonesa de dulces, en la que invitaban a la gente a que las ayudaran a resolver unos casos a través de una serie de spots (publicados en diferentes fechas en la televisión japonesa) en los que se mostraban unos códigos concretos. Así pues, el usuario debía visitar la página web de la campaña para seguir unas pistas que les permitían descubrir la siguiente pista para resolver el caso, tras lo cual debían esperarse a que el siguiente spot fuese emitido.

Esta producción alrededor de una persona le debe gran parte de su éxito al uso que se le da a la narrativa construyendo historias que llegan a ser reales. Otro caso es el hecho de que las idol también han desarrollado campañas contratadas por el gobierno japonés, es decir, que no únicamente sirve a los intereses de las empresas privadas. En julio de 2014 se puso en marcha la campaña “You and peace” en la que Haruka Shimazaki, una chica de 20 años integrante de AKB48, invitaba a los japoneses a formar parte de las fuerzas armadas. El propósito que se extrae de esta campaña, además del de vincular al ejército con la cultura moderna de Japón es despertar en los japoneses el deseo [masculino] de proteger a sus mujeres, algo que se puede entender en una sociedad con un alto índice de masculinidad, como es la japonesa.

Imagen de la campaña “You and Peace” (Video: LINK)

La industria de las idol ha evolucionado de tal manera que se puede hablar de idol virtuales. En junio de 2011 se presentó a Eguchi Aimi, nueva integrante de AKB48, en un anuncio televisivo de la marca Glico. Esta nueva idol estaba creada digitalmente mediante un modelo a partir de las facciones de otras seis integrantes del grupo. Este experimento no funcionó demasiado bien debido a que Eguchi Aimi no tenía una historia construida a su alrededor, sino que se presentó únicamente a través de un spot, aunque la campaña terminó permitiendo a los fans crear “su propia idol” en la web de la campaña a partir de la combinación de partes de otras idol del grupo. Otra muestra de transmedia.

Las idol también pueden ser virtuales

Al mismo tiempo, existen otras muestras de idol virtuales puras. Una de ellas y la más conocida es Miku Hatsune, una creación de Yamaha para su software de digitalización vocal Vocaloid en 2004, que consiste en el diseño digital de una chica estéticamente atractiva y que se asemeja más con el dibujo manga que con la realidad. Este modelo tiene como público objetivo también a los otaku, dado su gusto por la tecnología y la animación y, a diferencia de las idol reales, no se le asocia ninguna connotación erótica. Ligadas fuertemente al mundo musical, son creadas a partir de la captura y digitalización de movimientos humanos, siendo una digitalización del cuerpo femenino con atributos digitales, como una voz robotizada. El software Vocaloid ha tenido revisiones que han hecho famosa internacionalmente a Hatsune Miku, llegando a colaborar con artistas como Takashi Murakami, Pharrell Williams o marcas como Google y Domino’s Pizza.

Hatsune Miku

La fantasía en Japón supone un negocio a explotar, y esto es lo que persigue la industria de las idol. Cada una de las chicas que integran los grupos de idol reales cuentan con una serie de merchandising, revistas, libros, vídeos, etc., que pretenden acercar al seguidor a la idol de una manera ficticia con el fin de crear una falsa sensación de intimidad. Se podría decir que la industria posee connotaciones sexuales desde un punto de vista occidental, sin embargo, los seguidores de este fenómeno considera “su relación” con las chicas como algo puro, pues siempre se intenta destacar esta pureza e inocencia en las chicas, incluso en vídeos semi-pornográficos (sin desnudos ni escenas sexuales) que persiguen fortalecer la relación con los fans a través del deseo (en los vídeos la cámara actúa como los ojos del fan e interactúa con la idol como si estuviera a su lado). Esto nos hace pensar si el capitalismo japonés ha cruzado barreras éticas, sin embargo, es difícil de definir desde un punto de vista cultural opuesto al que estamos acostumbrados.

Francisco José Díaz Romero. Graduado en Estudios de Asia Oriental.